Dime que te va mejor, y así valdrá la pena estar sufriendo tanto.
Dime que yo tuve la culpa, que fue mi omisión, que todo lo que te demostré no significó ni el más mínimo momento de felicidad y así quizá te entienda a por qué no podemos estar juntos.
Creo que no debiste darme alas para volar, si en pleno vuelo ibas a arrancármelas...
No espero que leas esto, pues yo no estoy muy consciente al escribirlo. Este dolor no mengua, solo se acrecenta, pero no importa. Ya habrá una solución.
Y de no haberla, no me importa morir.
Toda mi vida creí estar buscando un ideal, un anhelo, una ilusión que me diera la felicidad que tu me diste, la tranquilidad que me regalaste, el amor que me brindaste. Ahora, sólo y abandonado a mi suerte (que no es mucha) no me preocupa acabar donde comencé, pues en el fin del camino inicia otro igual o más peligroso.
Sólo se que te extrañaré. Mucho, de verdad.
jueves, mayo 15
Despedida
pensamiento de Zed creado a las 4:29 p.m.
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