domingo, diciembre 9

TELETON: un paso del cinismo

Cuando en la escuela nos "pidieron" una cooperación para el "Teletón 2007", en la ranura del bote metí un chicle masticado. Si hubiera podido, hubiera escupido dentro.



Antes que todos quieran lincharme por tamaña aberrante actitud, les digo que yo no creo el rollo mareador que Lucerito o el Dientes-de-caballo Regil hicieron anoche. Sus lágrimas de cocodrilo se las pueden beber a mi salud.

Me explico: El Teletón es una "campaña altruista" para recaudar dinero para las personas con capacidades diferentes. Si sólo fuera eso, no me costaría ningún trabajo dar parte de lo poco que tengo para apoyarles. Pero detrás del altruísmo y la caridad, sólo hay un vacío de conciencia. La trasmisión ininterrumpida de dos días no bastó para que los rapaces patrocinadores juntaran la cantidad deducible de impuestos que año con año buscan para seguir desmantelando el estado de bienestar.

Pero, vamos, no son mala gente. Cierto que Carlos Slim es el segundo hombre más rico del mundo, pero no le pidan que done. También Roberto Hernández, máximo defraudaror y beneficiado del FOBAPROA, dueño de Banamex. Menos a Lorenzo Servitje, de BIMBO. ¿Cómo pedir más de ellos? No, sería un crimen, una calamidad.

La meta era 420 millones de pesos. Una cantidad fácil... para otros países con un P.I.B. mayor. ¿O que no se han puesto a pensar que exprimiéndoles el bolsillo a los ya hartos mexicanos, ya no podemos dar más? Me importa un carajo si lloraran toda la noche, pues ayer lo vi hasta la 1:40 de la mañana, cuando anunciaron penosamente que habían "superado" la meta por un millón de pesos.

¿Lograron la meta? ¿O sólo ajustaron cantidades? Yo sigo viendo lo ayer como la primer derrota de esta farsa.

Z

1 comentario:

Pocky Girl 7 dijo...

En serio hiciste lo del chicle? Tienes huevos, la neta.

Y si, yo no voy a ayudar a que televisa deduzca sus impuestos. mejor que ellos me ayuden a mi, si son tan caritativos.

Siempre he dicho que el Teleton no es mas que el CEA para gente sin brazos, sin piernas y sin cerebro, porque se aprovechan de las desgracias de la gente.