Ana

Hoy hablamos.

Dejaré de lado el hecho que no la he visto (en persona) en más de un año... o que tenía un mes de no hablar con ella por MESSENGER, asunto que puede ser especialmente incómodo. Es verdad, en este lapso de tiempo la he visto conectada menos de 15 veces, y hablado con ella menos de 10. Aún recuerdo que la última vez que la vi (26 de Diciembre de 2005, a las 12:30 de la noche) la vi sencilla, tierna, dulce... única, como realmente la he visto estos últimos 10 años.

Le ofrecí ensalada de manzana. Le gustó. Nos fuimos a pasear a esas horas de la madrugada, con Iván mi hermano como chaperón más que como chofer. Fue una madrugada excepcional.

Me agradaría exorcizarme. Y quién mejor para hacerlo, que yo mismo.

Ella me conoció de esta manera. Un estudiante de Secundaria como tantos otros, un rostro perdido entre los demás. ¿Tierno? ¿Dulce? ¿Niño? No lo sé, he trasmutado tanto estos años que ya ni siquiera reconozco mi semblante ante un espejo... eso llega a tener sus ventajas. Ella hablaba poco conmigo, yo no hacía mucho para llamar su atención. "Amigos", como tales, no éramos... sólo compañeros que ocasionalmente estaban en los mismos equipos y sacaban las mismas notas. Pero aún con mis 12 años de edad, yo y sólo yo sabía una única cosa: Ella era la única mujer en mis pensamientos.

Tiempo va. Tiempo viene. Yo soy tímido, callado, hosco. Es mi naturaleza, es mi forma de ser. No puedo cambiar lo que me ha tomado milenios forjar. No puedo, simplemente. Trataría de hacerlo, si de verdad desearía CAMBIAR. Pero no sería yo, no podría, no lo querría, no es lo que deseo. Y eso marcó la brecha que separó a Ana Laura de mi como está separado el oscuro océano de la bella Luna.

Han pasado 7 años desde que salí de la Secundaria. Ha pasado ese tiempo, ha quedado en el pasado. Ella era mi Santo Grial, lo que me daba mi condición humana, lo poco (o MUCHO) que me hacía tratar de respirar un día más. Entré a la Vocacional, Ella estuvo ahí, escondida, en mis pensamientos. Y un día, la volví a ver. La encontré un día, gracias a Iván también. Tenía novio, no sabía su nombre, pero sí su apellido: Limón. Era moreno, de lentes, bastante ingenuo y con o sin provecho, eso no me correspondía a mi. Y Ella lo amaba. Y Ella lo quería. Y Ella lo estimaba. Comprendí que sobre el corazón tú no mandas. Comprendí que eso aplicaba en mí. Y me aterró la perspectiva.

Sucesos que mejoraron o empeoraron nuestra delgada línea roja. No se dónde acababa el dolor y comenzaba el placer. Llegó Carolina a mi vida, Ana parecía olvidada. Y fue la misma Carolina quien me hizo amarla aún más. Quien piense que el humano es humano por pensar, se equivoca: el humano lo es simplemente porque sabe que lo mejor para uno es lo que otro jamás deseará.

Fiesta de Liliana. Un mensaje que sí llegó. Rompí la línea roja: le dije que la amaba. Y ella dijo que tenía novio. Punto. Ella no podía dejar de pensar en él. Yo decidí apartarme de su lado, ella dijo que nunca me había pedido eso. Yo le dije que fuera muy feliz, que era la mujer más maravillosa que había conocido. Ella me dijo que conocería a más mujeres. "Sí -le dije- pero ninguna como tú".

Soy una mala persona. Lo se. Mi familia católica se horroriza por mi forma de actuar. Mi familia cristiano-protestante se horroriza por mi forma de pensar. Desechado de ambos, forjo mis propios juicios. Por eso soy una mala persona. ¿Y, qué pecado más grande, sino haberle dicho que la amaba? Dije lo que sentía de verdad, ¿es eso egoísta? Dije que la amaba, ¿es eso vanal? Todo terminó aquel día, aquel ya lejano día donde no me respondió, sólo dejó un largo silencio llenar el vacío.

Hoy hablé contigo. El vacío se llena, no del todo, pero trato siempre de hacerlo. Se bien que no leerás esto porque para ti soy todavía un rostro más, perdido en la inmensidad. Y lo se porque me lo has demostrado una y otra vez. Pero ya no me hace daño... el Dolor siempre es tolerable y el mío me dejó insensible. ¿Tú me dejaste insensible? No, yo nunca dije eso. Tú no me has dañado, ¿cómo podrías hacerlo? Tú eres lo máximo, eres el firmamento, eres la Luna, eres el dorado amanecer, eres la inmensidad.

Eres el Sol, y yo volé muy cerca de ti y me consumí...

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